En Tótem y tabú, Freud aplica el método del psiconálisis a un estudio antropológico en el que pone en conexión el origen de totemismo y la exogamia en las sociedades humanas primitivas, ya que observa un desarrollo similar entre estas, las sociedades salvajes contemporáneas y los pacientes neuróticos. Así las dos primeras tienen formas equivalentes de organización social y religiosa, basadas en el totemismo. El tótem establece los límites sociales de cada tribu y genera un vínculo no consanguíneo entre sus miembros que determina la prohibición de las relaciones sexuales entre individuos que lo comparten, imponiendo así la exogamia. El deseo se enfrenta de este modo a la prohibición de unas relaciones que se consideran incestuosas, convirtiéndose el incesto en un tema tabú. El paralelismo con el paciente neurótico se establece de manera clara al observar que los primeros deseos sexuales del hombre son siempre de naturaleza incestuosa y que su represión es vital en el desencadenamiento de las neurosis.
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