Autor/a
Paul Klee
Editorial
ELBA
Idioma
Castellano
Páginas
64
Dimensiones
15,00 x 18,00
Edición
2021
Colección
El Taller de Elba
Idioma original
Deutsch,
Traducción
Clara Pastor
Estado
Nuevo
ISBN
9788412200942
En este breve tratado. Paul Klee analiza el proceso creativo con una agudeza y una precisión raras en los textos sobre arte contemporáneo. En opinión de Hebert Read, que firma la presentación, constituye "la declaración más profunda y esclarecedora de las bases estéticas sobre las que se fundamentan el movimiento del arte moderno que haya hecho nunca ningún artista en activo".
Para Klee, explicar el arte representa, ante todo, un ejercicio de autoanálisis, mediante el que nos descubre qué sucede en la mente del artista cuando observa y, posteriormente, cuado traslada aquello que ve al plano bidimensional de la pintura. El rigor y la lógica con la que deconstruye su propia metodología - el uso de la línea, el valor tonal y el color - permiten aplicar su análisis no sólo a su obra, sino a la de otros grandes maestros, como Tiziano, Velázquez o Rembrandt. Todo ello sin olvidar que Klee sobresalía en otra disciplina - la música - , por lo que aquello que expone sobre pintura es igualmente cierto en las composiciones de Bach o Mozart.

"No puedo permanecer en el aquí y el ahora, pues mi morada está tanto entre los muertos como entre aquellos que aún no han nacido. Un poco más cerca del centro de la creación, pero no lo bastante todavía. "
inscripción en la lápida de Paul Klee

Paul Klee (Münchenbuchsee, 1878 - Muralto, 1940)
artista suizo-alemán, hijo de padres músicos, fue conocido por su estilo singular e independiente. Empezó a estudiar violín a los siete años y poseía un talento tan excepcional que cuatro años más tarde recibió una invitación para tocar como miembro extraordinario en la Asociación de Música Barnesa. Se formó artísticamente en Múnich, donde estuvo vinculado al grupo Der Blaue Reiter ( El Jinete Azul ), junto con Vasily Kandinsky, Franz Marc, August Macke y Alexej von Jawlensky. Tras Licenciarse, viajó por Italia y Túnez, donde la luz del norte de África le hizo descubrir el color, que sería a partir de entonces el motivo principal de sus investigaciones artísticas. Durante la guerra fue movilizado, pero siguió pintando, sobre todo acuarelas, con su característico estilo luminoso con cierto aire expresionista. entre 1921 y 1931 fue profesor en la Bauhaus y, posteriormente, en la Akademie de Düsseldorf, de la que fue expulsado en 1933. Tras la llegada del nazismo y la declaración de su arte como degenerado, tuvo que abandonar Alemania y regresar a Berna, donde transcurrieron los últimos años de su vida.

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Paul Klee
Paul Klee es un artista de muy difícil catalogación, imposible de asignar a ninguna tendencia clara ni a una escuela determinada. Durante su juventud estuvo cercano al clima intelectual del expresionismo alemán y su obra posterior se aproximó en algunos momentos a la abstracción geométrica y en otros al surrealismo. Nació cerca de Berna, en el seno de una familia de músicos, y la música fue fundamental tanto para su vida como para su obra. Se formó artísticamente en Múnich, donde estuvo vinculado al grupo Der Blaue Reiter (El Jinete Azul) junto con Wassily Kandinsky, Franz Marc, August Macke y Alexej Jawlensky. En esta ciudad, entonces uno de los centros artísticos más avanzados, comenzó su interés por la vanguardia internacional, que le llevó a realizar la obligada visita a París, donde le impresionó especialmente la obra de Robert Delaunay. En 1914 viajó a Túnez con Macke y Louis Moilliet. Allí, la luz del norte de África le hizo descubrir el color, que sería a partir de entonces el motivo principal de sus investigaciones artísticas. Durante la guerra fue movilizado, pero siguió pintando (sobre todo acuarelas) dentro de un estilo luminoso y con un cierto aire expresionista. Entre 1921 y 1931 fue profesor de la Bauhaus, primero en Weimar y más tarde en Dessau. Esos fueron los años más fructíferos de su carrera artística, cuando su lenguaje pictórico se consolidó definitivamente y su obra comenzó a ser conocida. A pesar de su talante independiente, el tono constructivo de la Bauhaus se hizo notar en su producción artística, especialmente en el periodo de Dessau. En 1928 viajó a Egipto y el paisaje de ese país inspiró sus composiciones estriadas, relacionadas con su teoría de las estructuras horizontales y verticales, e influyó en la incorporación de jeroglíficos e inscripciones a su pintura. De 1931 a 1933 vivió en Düsseldorf, donde trabajó como profesor de la Akademie. Tras la llegada del nazismo, y la declaración de su arte como degenerado, tuvo que abandonar Alemania y regresar a Berna, donde transcurrieron los últimos años de su vida. A pesar de su pesimismo y su debilidad física, consecuencia de una grave enfermedad que padecería en 1935, esta etapa final fue de una intensidad creadora sin precedentes. Entonces, quizá más que nunca, su pintura consiguió una perfecta unidad entre la vida y el arte.