Prólogo de Rosa Berbel.
Edición de Piero Menarini.
Considerada por la mayoría de críticos como la mejor obra del autor, en Poeta en Nueva York llegan a su punto culminante los procedimientos formales lorquianos, que sirven de base a una radical protesta social y a una penetrante indagación metafísica.
Tal y como afirma Rosa Berbel, «Poeta en Nueva York ni siquiera parece un libro del presente; se nos antoja un libro del futuro y más allá, como traído de otro mundo. Sus motivos aún nos interpelan, quizá ahora más que nunca, y están no sólo en las últimas producciones artísticas, sino también en los principales debates de este siglo: los explotados continúan sometidos a las violencias, los ritmos y las intemperies de la economía, en un mundo que amenaza con colapsar en cualquier momento.»
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Federico García Lorca
Fuente Vaqueros, (1898-1936). Federico García Lorca, poeta y dramaturgo, pasó los primeros años de su infancia en su pequeño pueblo granadino antes de marchar a Granada para estudiar en la Universidad. Allí conoció a Manuel de Falla, personaje que ejerció gran influencia sobre él, transmitiéndole el amor por el folclore y lo popular. Años más tarde, se trasladó a la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde Lorca se dedicó con pasión a la música, el dibujo, el teatro y la poesía. Su obra se caracterizó por poseer un lenguaje personal, inconfundible, que residió en la asimilación de elementos y formas populares combinados con audaces metáforas, y con una estilización propia de las formas de poesía pura con que se etiquetó a su generación.