La autora de este libro coge mal el lápiz. Lo ha cogido mal desde niña, cuando algunos profesores se empeñaban en corregirla porque «hay que escribir como Dios manda», e, incapaz de aprender, ha seguido cogiéndolo mal hasta el día de hoy, con todas las consecuencias. Porque... ¿puede acaso salir buena letra de un lápiz torcido? Ésta es una de las cuestiones que planean sobre este conjunto de cuentos: la de la escritura indócil, libre y acelerada, la escritura que araña y rasga la memoria, que destroza los recuerdos y hace de ellos otra cosa.
Las historias que aparecen en este volumen abordan temas como la culpa y la redención, la falta de libertad y esos «pequeños instantes, epifanías, revelaciones, imágenes que se abren, palabras que se desdoblan», cuando «algo se quiebra, y todo cambia». Niños que se resisten a obedecer y que viven con asombro y soledad el difícil proceso de crecer; chicas rebeldes cuya rebeldía es subterránea, rabiosa y poco aprovechable; seres atormentados –o no– por los remordimientos y las dudas; picabueyes y nutrias que representan agresión o consuelo; el desconcierto de vidas en apariencia normales que a veces encierran crímenes y otras únicamente el deseo de cometerlos.
«Esta colección certifica la fecundidad de una imaginación muy porosa a los aspectos sórdidos, aunque velados, de una cotidianidad hostil» (Francisco Solano,El País).
«Un libro excelente y alegato contra la pedagogía que nos quiere hacer a todos iguales» (Elena Sierra,El Correo Español).
Sara Mesa (Madrid, 1976) desde niña reside en Sevilla. En Anagrama se han publicado desde 2012 las novelas Cuatro por cuatro (finalista del Premio Herralde de Novela): «Una escritura desnuda y fría, repleta de imágenes poderosas que desasosiegan en la misma medida que magnetizan» (Marta Sanz, El Confidencial); Cicatriz (Premio El Ojo Crítico de Narrativa): «Una verdadera revelación» (J. M. Guelbenzu, El País); «Sara Mesa levanta una literatura de alto voltaje trabajada con precisión de orfebre» (Rafael Chirbes); la recuperada Un incendio invisible: «Demuestra ser una creadora muy exigente. Una novela que funciona como los buenos cuentos pues contiene mucho más de lo que dice» (J. M. Pozuelo Yvancos, ABC); Cara de pan: «Una pequeña obra maestra de la narrativa» (J. Ernesto Ayala-Dip, Qué Leer); y Un amor: «Sus aristas se presentan bajo una prosa de limpieza desconcertante, escueta, ágil: se lee con la velocidad que asociamos al disfrute, pero al cerrarlo nos encontramos desamparados. Una novela magnífica» (Nadal Suau, El Cultural); el muy celebrado volumen de relatos Mala letra: «Cuatro por cuatro, Cicatriz y Mala letra de Sara Mesa protagonizan desde hace meses la escena literaria española» (Christopher Domínguez Michael, Letras Libres); y el breveensayo Silencio administrativo: «Una reflexión sobre el impacto brutal de la pobreza en los individuos que la sufren y sobre las actitudes imperantes frente a ellos en nuestra sociedad. Especialmente indicado para quienes piensan que ellos no tienen prejuicios» (Edurne Portela, El País).
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