La sociedad del espectáculo es uno de los retratos más agudos, despiadados y penetrantes de la sociedad contemporánea de cuantos se han hecho hasta hoy y constituye la obra fundamental de Guy Debord (1931-1994), quien a su vez ha sido el principal agente de un movimiento de agitación cultural conocido como situacionismo, que planteó algunas de las propuestas más radicales, tanto en el terreno de la política como en el de la cultura, de las que se han sostenido en Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
Voluntariamente alejado del mercado de las modas intelectuales, su obra, a pesar de haber tenido una divulgación escasa o irregular, no ha dejado de ejercer una importante aunque a veces secreta o silenciada- influencia en los debates de nuestro tiempo. Su vocación de clandestinidad y su intransigencia frente a los totalitarismos le llevaron a elaborar una teoría crítica que hoy, en pleno imperio de lo político y culturalmente correcto, ha vuelto a cobrar una merecida e intempestiva actualidad.
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Guy Ernest Debord
Inició estudios de Derecho en La Sorbona, que abandonó para integrarse en el Grupo Letrista, que más tarde se convertiría en la Internacional Letrista cuya ideología, la fusión de poesía y música, se canalizó a través de la revista Potlatch. Posteriormente se erigió en líder de la Internacional Situacionista, organización de agitación cultural, que influyó en los sucesos de Mayo del 68 en París. Tras su disolución se dedicó un periodo al cine, colaborando en diversas revistas. Se suicidó de un tiro en el corazón.
De pensamiento marxista, fue un pensador y filósofo, reflejando su pensamiento en su más conocida obra, La sociedad del espectáculo, en la que explica la mutación que el capitalismo hace del pensamiento a través del espectáculo (la apariencia, la imagen), como sustrato ideológico de dominación.