La educación es el sustrato de la convivencia, el taller donde se ensayan las formas de vida posible.
Por eso, el capitalismo cognitivo se ha tomado en serio la tarea de asaltar todos sus campos: la educación formal y la informal, los recursos, las herramientas y las metodologías. La presencialidad y la virtualidad. La infancia y la formación a lo largo de la vida.
La educación no sólo es un gran negocio. Es un campo de batalla donde la sociedad reparte, de forma desigual, sus futuros. Dicen los pedagogos que hay que cambiarlo todo, porque el mundo ha cambiado para siempre.
Esta afirmación esconde las preguntas que nos dan más miedo: ¿de qué sirve saber cuando no sabemos cómo vivir? ¿Para qué aprender cuando no podemos imaginar el futuro? Estas preguntas son el espejo donde no nos queremos mirar. Nos da vergüenza no tener respuestas y resulta más fácil dispaar contra maestros y educadores.
¿Cómo queremos ser educados? Ésta es la pregunta que una sociedad que se quiera mirar a la cara tendría que atreverse a compartir. Nos implica a todos. Todos somos aprendices en el taller donde se ensayan las formas de vida posibles.
Educar no es aplicar un programa. Educar es acoger la existencia, elaborar la conciencia y disputar los futuros. Dentro y fuera de las escuelas, la educación es una invitación: la invitación a tomar el riesgo de aprender juntos, contra las servidumbres del propio tiempo.
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Marina Garcés
Marina Garcés (Barcelona, 1973) es filósofa y profesora titular de la Universidad de Zaragoza. Es impulsora del colectivo de pensamiento crítico Espai en Blanc y participa en diversos proyectos colectivos de experimentación pedagógica, cultural y social.
Es la personalidad filosófica más importante de España en estos momentos, porque ha sabido llevar la filosofía más allá del mundo académico. Su pensamiento es la declaración de un compromiso con la vida como un problema común. Por eso, desarrolla su filosofía como una amplia experimentación con las ideas, el aprendizaje y las formas de intervención en nuestro mundo actual, haciendo dialogar al pensamiento crítico con los problemas de hoy, con el objetivo último de que tomemos en nuestras manos la responsabilidad de hacer nuestro mundo vivible y humano.
Página a página, su obra no es sólo un modelo de literatura ensayística sino un ejemplo de escritura vibrante, comunicativa, creativa y entusiasta.