Una de las obras más emblemáticas de Kafka.
El castillo cuenta los infructuosos intentos del agrimensor K. por acceder a las autoridades del castillo, que al parecer ha reclamado sus servicios, y obtener el permiso para ejercer su trabajo y establecerse así en la aldea en la que ha sido recibido como un forastero.
Con su insistencia en reclamar los derechos que le corresponden, las peripecias a menudo cómicas del agrimensor K. configuran una parábola insondable sobre la abstrusa condición del poder y sobre el difícil sentimiento de pertenencia que angustia al hombre moderno.
Reseñas:
«Habla un discípulo de Kafka, un tardío discípulo de Kafka, pero que sigue sintiéndolo y agradeciendo lo mucho que él le ha dado y lo poco que él ha podido hacer con ese espléndido regalo de su obra.»Jorge Luis Borges
«El mundo de Kafka es, en verdad, un universo indecible donde el hombre se da el lujo torturante de pescar en una bañera, sabiendo que no saldrá nada.»Albert Camus
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Franz Kafka
Franz Kafka (Praga, 1883-1924) se interesó desde joven por la mística y la religión judía, que ejercieron sobre él una notable influencia y favorecieron su adhesión al sionismo. Su obra, que nos ha llegado en contra de su voluntad expresa, pues ordenó a su íntimo amigo y consejero literario Max Brod que, a su muerte, quemara todos sus manuscritos, constituye una de las cumbres de la literatura alemana, y se cuenta entre las más influyentes e innovadoras del siglo XX. En la línea de la Escuela de Praga, de la que es el miembro más destacado, su escritura se caracterizó por una marcada vocación metafísica y una síntesis de absurdo, ironía, lucidez y pesimismo.
Escribió las novelas El proceso (Der Prozeß), El castillo (Das Schloß) y El desaparecido (Amerika o Der Verschollene), la novela corta La metamorfosis (Die Verwandlung) y un gran número de relatos cortos. Además dejó una abundante correspondencia y escritos autobiográficos.