Editorial
Anagrama
Idioma
Castellano
Páginas
560
Dimensiones
22,00 x 14,00
Edición
10/2022
Estado
Nuevo
ISBN
9788433999481
Un libro lúcido y energizante, verdaderamente revelador, hecho de ensayo, filosofía, poesía y escritura autobiográfica para recoger en su forma las convulsiones de los tiempos que captura.

Dysphoria mundi es, entre muchas otras cosas, un diario del año de la peste. La peste, claro, es el covid-19, cuya gestión es para Paul B. Preciado paradigmática de un capitalismo que, resistiéndose a morir, se recrudece. Pero 2020 no fue solo el año de la reacción: también fue el de una verdadera revolución planetaria en curso. Preciado identifica las convulsiones de estos tiempos en múltiples lugares: en el uso de la enfermedad como herramienta de control político; en el modo en que el mundo pierde su condición sensorial, material, y su dimensión colectiva; en la intensificación de las desigualdades sociales; en la precarización del mercado laboral; en la guerra, la destrucción del planeta, la persecución de las minorías. Pero entre las sacudidas surge una "insurrección de los saberes sometidos": las luchas feministas; el movimiento antirracista; el colectivo trans. Dysphoria mundi es una hipótesis: la de que las tensiones de hoy auguran el fin, mañana, de un modelo tan moribundo como mortífero. Y también una apuesta: una por un mundo nuevo, que este libro saluda en sus páginas con esperanza.

Paul B. Preciado
Paul B. Preciado es filósofo y comisario de arte. Autor de Manifiesto contrasexual: «Marca un punto y aparte en el pensamiento español actual, en los estudios sobre el género y, quién sabe, quizá en tu propia intimidad» (Eloy Fernández Porta); Testo yonqui. Sexo, drogas y biopolítica: «Relectura tras relectura, cada vez me deslumbra más la genialidad con la que combina teoría y literatura para cuestionar nuestras concepciones más sagradas sobre la identidad y el género» (Aixa de la Cruz, Vogue); Terror anal (epílogo a El deseo homosexual, de Guy Hocquenghem); Pornotopía. Arquitectura y sexualidad en «Playboy» durante la guerra fría (finalista del Premio Anagrama de Ensayo 2010): «Una argumentación de extraordinario rigor, enormemente sugestiva y capaz de revelar cada uno de los detalles cruciales del Imperio Playboy» (F. Castro Flórez, ABC); Un apartamento en Urano. Crónicas del cruce: «Un retrato del cambio de era y su peligrosa contrarrevolución» (Leticia Blanco, El Mundo); y Yo soy el monstruo que os habla. Informe para una academia de psicoanalistas: «Una especie de Carta al padre de Kafka llevada al siglo XXI. Preciado se dirige a los psicoanalistas y les dice: me tratasteis de enferma, de anomalía y de fruta podrida pero he sobrevivido para deciros que estáis del lado de los opresores y no de los oprimidos y que hemos venido a destruir vuestro mundo» (Luis Alemany, El Mundo). Fue director de Programas Públicos del MACBA y del PEI (Programa de Estudios Independientes) entre 2012 y 2014, comisario de Programas Públicos de la documenta 14/Kassel y Atenas y comisario del Pabellón de Taiwán de la Bienal de Venecia 2019. En la actualidad es filósofo asociado del Centre Pompidou, París. En este momento, realiza una adaptación cinematográfica de Orlando de Virginia Woolf.
El Diablo
el 13-05-2024
Yo soy, dicen mis contemporáneos, UN ALMA ENFERMA. O un cuerpo equivocado cuya alma busca escapar – no se ponen de acuerdo -. Soy un DESGARRO SIDERAL entre el cuerpo que me imponen y el alma que construyen, una brecha cultural, una categoría paradójica, una grieta en la historia natural de la humanidad, un agujero epistémico, una fisura política, un abismo religioso, un negocio psicológico, una excentricidad anatómica, un gabinete de curiosidades, una disonancia cognitiva. Un museo de teratología comparada, una colección de desajustes, un ataque al sentido común, una mina mediática, un proyecto de cirugía plástica reconstructiva, un terremoto antropológico, un campo de batalla sociológico, un caso de estudio sobre el que los gobiernos y los organismos científicos y las iglesias y las escuelas, los psiquiatras y los abogados, la profesión médica y la industria farmacéutica y evidentemente los fascistas, pero también las feministas conservadoras, y los socialistas, los marxistas, los racistas y los humanistas, todos esos déspotas ilustrados del S. XXI, siempre tienen algo que decir. Aunque no se lo hayamos pedido. Saturado por el ruido del parloteo incesante, me digo, como hizo Günther Anders para descifrar el funcionamiento del fascismo, que la única manera de salir de este recinto hegemónico es DAR LA VUELTA A LAS CATEGORÍAS CON LAS QUE NOS ALTERIZAN para comprender el propio sistema que produce las diferencias y las jerarquiza. En mi CONDICIÓN VITAL DE SUJETO MUTANTE y mi deseo de vivir fuera de las prescripciones normativas de la sociedad binaria heteropatriarcal lo que se ha diagnosticado como una patología clínica denominada disforia de género. Sólo soy uno de esos seres que SE NIEGAN OBSTINADAMENTE A ACEPTAR LA AGENDA POLÍTICA que se les ha implantado DESDE LA INFANCIA. Frente a la arrogancia de las disciplinas y técnicas de gobierno que emiten este diagnóstico, INTENTO UN ZAP FILOSÓFICO: DESPLAZAR Y RESIGNIFICAR ESTA NOCIÓN DE DISFORIA para comprender la situación del mundo contemporáneo en su conjunto, la brecha epistemológica y política, la tensión entre las fuerzas emancipadoras y las resistencias conservadoras que caracterizan nuestro presente. ¿ Y si la disforia de género no fuera una enfermedad mental sino una inadecuación política y estática de nuestras formas de subjetivación en relación con el régimen normativo de la diferencia sexual y de género? La condición planetaria epistémico- política contemporánea ES UNA DISFORIA GENERALIZADA. DYSPHORIA MUNDI: La resistencia de una gran parte de los cuerpos vivos del planeta a ser subalternizados dentro de un régimen de conocimiento y poder petrosexoracial; la resistencia del planeta vivo a ser reíficado como mercancía capitalista. Con la noción de Dysphoria Mundi no pretendo de algún modo fijar la disforia como un lugar naturalista, ni como condición psiquiátrica que describe el presente. Todo lo contrario. Busco entender aquellas condiciones que son descritas como desfóricas no como patologías psiquiátricas sino como FORMAS DE VIDA que anuncian UN NUEVO RÉGIMEN DEL SABER Y UN NUEVO ORDEN POÍTICO-VISUAL desde el que pensar LA TRANSICIÓN PLANETARIA. Las disciplinas modernas como la psicología o loa psiquiatría y la farmacología normativas, que trabajan y comercian con el dolor psíquico DEBEN SER DESPLAZADAS POR PRÁCTICAS COLECTIVAS EXPERIMENTALES que sean capaces de elaborar y REDUCIR EL DOLOR epistémico. EL ARTE, EL ACTIVISMO Y LA FILOSOFÍA, poseen esta capacidad. Paul B. Preciado. (PÁG. 22) Dysphoria Mundi. 2021 ed. ANAGRAMA. Colección NARRATIVAS HISPÁNICAS
Paul B. Preciado