Luder es un escritor de culto. Luder vivía en un ático polvoriento del Barrio Latino de París en el que recibía por las tardes a algunos amigos y conocedores de su secreta obra.
Pero un día se marchó sin despedirse. Se retiró a algún lugar perdido de Perú. Nadie sabe si para escribir su gran proyecto o para abdicar definitivamente de la escritura.
Pasados algunos años, sus discípulos recogieron sus ocurrencias y dichos en este libro. Entre ellos se encontraba un tal Julio Ramón Ribeyro.
Dichos de Luder propone un juego de máscaras.
¿Quién es el autor?
¿Es Luder un heterónimo de Ribeyro?
¿Importan, acaso, las repuestas?
En sus páginas el aforismo,
el ensayo breve y la confesión alumbran con ingenio asuntos como la escritura, la enfermedad, el amor o el fracaso.
Este libro es una perla literaria: un obra inclasificable de uno de los autores fundamentales de las letras hispánicas del siglo XX.
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Julio Ramón Ribeyro
Lima, Perú, 31 de agosto de 1929 - 4 de diciembre de 1994. Julio Ramón Ribeyro estudió Letras y Derecho en la Universidad Católica de Lima. En 1960 emigró a París, donde trabajó como periodista en France Presse y, posteriormente, como consejero cultural y embajador ante la UNESCO. Sus obras han sido traducidas a numerosos idiomas y ha sido galardonado con el Premio Nacional de Literatura en 1983, el Nacional de Cultura en 1993, ambos en Perú, y el Juan Rulfo en 1994. Dueño de una obra que toca una inmensa gama de registros, su producción cuentística es una de las más fecundas y significativas del siglo XX. Entre sus colecciones de relatos figuran Los gallinazos sin plumas (1954), Cuentos de circunstancias (1958), Las botellas y los hombres (1964), Tres historias sublevantes (1964), Los cautivos (1972), El próximo mes me nivelo (1972), Silvio en El Rosedal (1977), Sólo para fumadores (1987) y Relatos santacrucinos (1992).
Su narrativa breve ha sido reunida en La palabra del mudo (1973), La juventud en la otra ribera (1983) y en Cuentos completos (1994). También ha publicado las novelas Crónica de San Gabriel (1960), Los geniecillos dominicales (1965) y Cambio de guardia (1976); una recopilación de ensayos y artículos literarios, La caza sutil (1975); los textos aforísticos Dichos de Luder (1989); sus diarios, La tentación del fracaso (1992-1995; Seix Barral, 2003); y las piezas teatrales recogidas en Teatro (1975) y Atusparia (1981).