Giordano Bruno adoptó con entusiasmo el cosmos heliocéntrico de Copérnico. Sin embargo, el cosmos todavía finito de Copérnico era sólo el punto de partida para la completa recuperación de la verdad cosmológica: el universo infinito y eterno, consistente en una infinita repetición de sistemas planetarios a partir de la concepción del Sol como una estrella igual a las demás. Tras la cena de las Cenizas, Miguel Á. Granada prosigue la edición de la obra italiana de Bruno con De la causa, el principio y el uno, obra que establece la estructura ontológica del universo: por un lado, el alma universal y única (causa del movimiento y principio formal), cuya facultad más eminente es el intelecto universal (causa eficiente eterna e inmanente del universo) y, por otro, la materia infinita y eterna, aspecto o atributo de la divinidad al igual que el intelecto. Ambos principios contrarios coinciden en la unidad del universo infinito y eterno como la sustancia única que es la expresión necesaria de la divinidad. Si ésta es incognoscible en sí misma o en su "rostro", la podemos conocer sin embargo a través del conocimiento intelectual de sus "espaldas", esto es, sus acciones: la naturaleza infinita que expresa toda su potencia.
"Toda producción es una alteración, permaneciendo la sustancia siempre idéntica, porque no hay más que una, un único ente divino, inmortal. Esto ha sido capaz de entenderlo Pitágoras, que no teme a la muerte, sino que espera la mutación. Tenéis, pues, cómo tas las cosas son en el universo y el universo es en todas las cosas; de esta manera todo concurre en perfecta unidad. Ésta es la razón por la que no debemos atormentarnos el espíritu; ésta es la razón por la que no hay nada por lo que debamos entristecernos, porque esta unidad siempre permanece; este uno es eterno."
Ofrecemos al lector de lengua española la traducción del segundo de los diálogos filosóficos en lengua italiana de Giordano Bruno: De la causa, el principio y el uno. Como en el caso del primero de dichos diálogos, La cena de las Cenizas, ya publicada en 2015 en esta colección de Clásicos del Pensamiento, nuestra traducción se basa en la edición crítica del texto original italiano que, a cargo del benemérito Giovanni Aquilecchia, se publicó, acompañada de traducción francesa.
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Giordano Bruno
Nacido en 1548 en el Virreinato español de Nápoles, abandona en 1576 la orden de los dominicos para emprender una vida nómada que le llevó a Francia, Inglaterra, Alemania, Bohemia, Suiza y, de nuevo, a Italia. En esas condiciones escribió su vasta obra filosófica, mnemotécnica y mágica. Prendido por la Inquisición en 1593 y trasladado a Roma, murió abrasado en la hoguera en 1600.
Bibliografía del autor
Cábala del caballo Pegaso. Alianza, Madrid, 1990.
De la causa, principio y uno. Losada, Buenos Aires, 1941.
Del infinito: el universo y los mundos. Alianza, Madrid, 1993.
Expulsión de la bestia triunfante / Los heroicos furores. Siruela, Madrid, 2011, 1 ed.
Expulsión de la bestia triunfante. Alianza, Madrid, 1989.La cena de las cenizas. Alianza, Madrid, 1987.
Las sombras de las ideas (De umbris Idearum). Siruela, Madrid, 2009, 1 ed.
Los heroicos furores. Tecnos, Madrid, 1977.
Mundo, magia, memoria. (antología a cargo de I. Gómez de Liaño), Taurus, Madrid, 1973.
Nolani. Opera latine conscripta. Frommann, Stuttgart, 1962.