Autor/a
Lev Tolstói
Editorial
Alma
Ilustración
Dàlia Adillon
Idioma
Castellano
Encuadernación
Tapa dura. Cartoné.
Páginas
648
Dimensiones
22,00 x 16,00
Edición
2019
Idioma original
Deutsch,
Traducción
J. Santos Hervás
Estado
Nuevo
ISBN
9788415618881
Anna Karenina es, junto con la monumental Guerra y paz, una de las obras clave Lev Tolstoi, en la que vemos todas las señas de identidad del gran realismo ruso: fina crítica social y multitud de personajes con una profundidad psicológica asombrosa. Las desventuras de Anna Karenina y su afán por integrarse en una sociedad hipócrita que la margina por adúltera, pero perdona los desmanes de su amante, nos hacen reflexionar sobre la invisibilización de la mujer a la par que nos ofrecen un fresco monumental de la Rusia decimonónica y todas sus contradicciones.

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Lev Tolstói
eón Tolstoi fue un gran novelista ruso, profundo pensador social y moral, y uno de los más grandes autores del realismo de todos los tiempos. Hijo de un terrateniente, nació en 1828 en Yásmaia Polonia, la cual era la propiedad agrícola de su familia en Moscú. Tuvo tutores franceses y alemanes, y a los 16 años, ingresó en la Universidad de Kazán, donde estudio lenguas y más tarde leyes. Abandonó sus estudios en 1847. Después de haber intentado mejorar las condiciones de vida de siervos de sus tierras, se metió de lleno en la disipada vida de alta sociedad aristocrática moscovita, a la que prometió en sus diarios gentilmente reformar. En 1851, decidió incorporarse también al Ejército ruso. Allí estuvo en contacto con los cosacos, que se convertirían en los protagonistas de una de sus mejores novelas cortas,Los cosacos (1863) en ella compara el cansancio y la juventud moscovita con el vigor y la vida al aire libre de los cosacos, que representa con simpatía y un profundo realismo poético. Concluyó una obra autobiográfica, llamada Infancia (1852), a la que siguieron, Adolescencia (1854) y Juventud (1856) en las cuales reveló una serie de recuerdos de carácter psicológico similares a los de la mayoría de los jóvenes. Estas obras fueron inmediatamente acogidas por el público, de igual modo que Sebastopol (1855-1856), tres historias basadas en la guerra de Crimea. Tolstói regresó a San Petersburgo en 1856, y se sintió atraído por la educación de los campesinos.